El video arbitraje o VAR, es ese sistema tecnológico implementado al fútbol masculino para decidir jugadas decisivas con el objetivo de reducir los errores que el árbitro puede llegar a cometer, debido a la percepción reducida que este posee sobre todo el campo.
Al igual que sus siglas, su funcionamiento es de sobra conocido: cuatro árbitros reunidos en una sala con distintos televisores revisan todas aquellas jugadas polémicas del partido mediante las cámaras repartidas en todo el campo. De esta forma le comunican al colegiado principal a través de un pinganillo su decisión sobre la jugada puesta en duda, con el objetivo de cumplir su función de un arbitraje limpio y justo.
Una revolución que en teoría iba a cambiar el panorama futbolístico para siempre, sin embargo la realidad es totalmente distinta. Con tan solo 5 meses de vida, las siglas VAR han copado más titulares en la prensa deportiva que los propios jugadores, lo cual hace reflexionar sobre si el video arbitraje es la tecnología infalible que la FIFA nos hizo pensar.
Empezando por su función principal que no es otra que subsanar los errores humanos cometidos por el árbitro, una premisa que estaría bien pensada sino fuera por el hecho de que no es la propia tecnología la que decide si ha sido un penalti, falta al borde del área o gol. Sino que son 4 árbitros que se encuentran a más de 70 metros de la acción los que realizan la toma de decisión. Por tanto no sólo no se elimina ese error sino que se multiplica por cuatro veces.
Siguiendo por la rapidez de la decisión final, se pensaba que el VAR al ser una tecnología puntera, los resultados saldrían al terreno de campo de forma automatizada y rápida para no cortar el juego y la emoción del partido. Cosa que no ocurrió en el momento en el que los jugadores del Atlético de Madrid se pararon cerca de la meta madridista justo cuando el Metropolitano se alzó en cánticos de alabanza por el gol de Morata. Un gol que acabó siendo anulado por fuera de juego a los 3 minutos de haberse producido, rompiendo por completo el ritmo del partido, que los del conjunto blanco aprovecharon para alcanzar la portería rojiblanca hasta en 3 ocasiones. Decidiendo el resultado final del derbi en un 1-3 para el equipo de Chamartín.
Como conclusión, el VAR es un proyecto ambicioso, el cual debería de ser refinado antes de instaurarlo en el fútbol profesional de primer nivel, o al menos ser testado en las segundas divisiones para que la prensa no se haga de eco de los fallos y simplifique la realidad de un deporte con táctica, con emoción y con pasión a “El Real Madrid gana el derbi a lomos del VAR” como tituló la Vanguardia el sábado 9 de febrero.
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